Lectores10 nuestro club de lectura en Medellin

las vorágine por clarita y franco

La Vorágine

"Antes que me hubiera apasionado por
mujer alguna, jugué mi corazón al azar…


Por: Clarita Abad y Francisco Echavarría

LA VORAGINE EN CLUB LECTORES 10: CRÓNICA DE UNA SESIÓN

 
"Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo gano la Violencia…"
Así empieza la novela del autor colombiano José Eustasio Rivera y sabemos desde la primera frase la fuerza de lo que vamos a encontrar en esta.
 
Nos sentimos muy felices de estar leyendo en nuestro Club Lectores 10 un libro de la tanta grandeza como La Vorágine.
Ya leímos la primera parte y un poco de la segunda.
Tuvimos también la primera sesión en donde nuestro profe orientó la conversación sobre el libro con una dinámica que permitió que cada uno de los asistentes expresara su experiencia personal e individual de la lectura de la novela, esto con la ayuda de unas preguntas que al azar fue tomando cada uno de los integrantes y que la mayoría hacía referencia a los diferentes personajes del libro, indagando por su actuación en la trama y sus características físicas y psicológicas.
 
Antes de esa actividad, aprovechando que Rivera era ante todo un poeta, el profe le entregó a Kathy, quien lee muy bien y tiene una hermosa voz, un poema erótico que describe el amor intimo entre dos mujeres, lo que nos puso a todos en el "Mood" perfecto para entrar a hablar del libro y su autor.
 
Fueron inesperados, como siempre, los comentarios de cada uno de los participantes. El libro tiene tanto de emoción, como de violencia, de fuerza, de expresión, pero además hace una denuncia de las atrocidades de la época. Algunos de los lectores del club no habían podido seguir leyendo el libro porque les estaba causando demasiado dolor. Otros sintieron tristeza de confirmar con este novela que la situación en Colombia sigue igual que siempre, que estamos llenos de injusticia , de desigualdad, de crueldad, de pobreza, de hambre, de falta de Estado, de carencia de oportunidades, de soledad...
Se sentía y se sabía que estábamos ante una obra muy importante y bien escrita. Que todos queríamos leer para encontrarle su valor y descubrir con la ayuda de cada uno de los integrantes, cuál era realmente su importancia.
A algunos les pareció difícil de entender, con un lenguaje bastante inusual. Otros opinaron que era poética y tan hermosa que leyeron en voz alta algunos de los párrafos que habían señalado. Norita, por ejemplo, leyó el comienzo de la segunda parte del libro, que a todos emocionó. “Oh selva, esposa del silencio, madre de la soledad y de la neblina...”
 
En la descripción de los distintos personajes hubo discusión, o por lo menos desacuerdo, de la manera como había percibido algún integrante a Clarita y a la niña Griselda, y de cómo las había percibido el resto del grupo. En la narración se muestra además cómo cada personaje para sobrevivir en la selva tiene que sacar sus mejores (o peores) recursos: la trampa, la mentira, el engaño, los rezos, la fuerza...
 
Algunos de los asistentes conocen los llanos orientales y manifestaron las diferencias y similitudes que todavía se encuentran en esa región de Colombia, en comparación con lo apreciado en la narración. Federico, que ha visitado la selva habló de su sensación estando dentro, en la selva, y de la semejanza que se siente al leer las descripciones de este libro.
 
Algunos estuvieron más silenciosos que de costumbre, creemos que oyendo y buscando "alientos" para seguir leyendo este libro, que por alguna razón no habían podido leer hasta donde había sido indicado por el profe.
Nos gustó particularmente el comentario de Olga, es decir de Coco, que era un libro "de club de lectura". Si, le dijimos, y vale la pena leerlo.
 
Hay una parte del libro donde se introduce un lenguaje nuevo, es cuando entra en escena la niña Griselda y esto alegra mucho la lectura, le da un cambio de ritmo muy entretenido. Angelita, que tiene el talento para la parodia de narraciones, la imita escribiendo notas en el " chat del club" al estilo niña Griselda: “niña Noris, no es que este floja, ni ande con calenturas pero es q toy en un viajao de ocupaa....no he reparado casi página de ete cuaderno, vamo a ver si en trotone logro yega aya.....
 
Al final, uno de los nuevos integrantes del club, nuestro querido Ramiro, nos contó quién era para el Arturo Cova, y aunque no somos capaces de transcribir aquí con exactitud lo que él dijo, queremos intentar recordar algunas de sus observaciones porque pensamos que todos estuvimos de acuerdo: él piensa que Arturo Cova es una persona sin rumbo, que no se ha encontrado, que busca y busca y no encuentra, que no le encuentra sentido a su vida, que está perdido. Sin embargo, en alguna lectura encontramos, sobre Arturo Cova lo siguiente: "la visión de la naturaleza le sirvió para interpretar y fortalecer su propia personalidad”. Resta saber si Ramiro estaría de acuerdo con esta frase.
 
Fue una bonita e interesante sesión, salimos con muchas ganas de seguir leyendo el libro y de entender mejor su importancia y la del autor.
En la actualidad hemos leído más sobre la historia y hemos aprendido algo que tal vez en la próxima sesión lo podamos compartir.
 
Por ahora les decimos que este libro hay que leerlo por miles de motivos. El autor fue una persona maravillosa, un poeta importante, tuvo contacto directo con los Llanos orientales por muchas razones. Investigo y denunció de todas las maneras posibles los atropellos a los colombianos, en un momento en el que el látex se necesitaba para la industria de neumáticos y llantas. Fue una persona de gran valor ético y patriótico. Logró un estilo personal y se interesó por el paisaje y la naturaleza: los ríos, las lagunas, las tormentas, los animales, los árboles , la selva, la oscuridad.
 
El libro es un clásico de la literatura hispanoamericana, a la altura de otros libros colombianos como María de Jorge Isaac y Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Y de obras latinoamericanas como Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes y Doña Barbara de Rómulo Gallegos.
Rompió con una época en el siglo XIX donde los europeos consideraban a los escritores de América Latina de provincia y creó una tradición exclusiva y propia en hispanoamericana.
 
Escrito por Clarita y Franco, No los de la novela, sino los compañeros del Club Lectores 10