EDIFICIO WOLF

Por: Katharina Haller

Qué sorpresa tan agradable cuando al leer el resumen, me encontré con que se trata de una obra sobre un sitio donde yo alcancé a vivir medio año, y con referencia a una familia que conocí mucho, no solo personalmente, sino y sobre todo por las referencias que de ella hizo mi mamá, otra exiliada de la segunda guerra mundial.
Lamenté muchísimo no haber podido asistir al conversatorio con la autora, Isabel Botero, y si bien pedí a mis compañeros que le preguntaran cómo llegó a la historia que relata, no quedé satisfecha con las respuestas que me dieron. No sé si la autora se resistió a esa inquietud, o en la conversación, que entiendo fue muy amena, esa pregunta se perdió entre muchas otras….
Al comienzo me pareció difícil de leer, pues son varias historias que se entrelazan. Pero poco a poco fui desentrañando ese estilo y si bien no puedo decir que me deslumbró, si me pareció entretenido y fácil de leer.
Pero quiero hablar de mi experiencia como lectora en un caso como éstos donde uno conoce parte de la historia, porque siento que tendemos a encontrar el relato fidedigno de lo que se alcanzó a vivir, olvidando que se trata de una novela.
Y debe de ser intenso el ejercicio del escritor para no dejar perder la parte verídica de la historia, y, sin embargo, agregarle los detalles creativos e imaginarios que se constituyen en la trama del escrito. He ahí, como diría coloquialmente, donde uno se tiene que quitar el sombrero. Creo que se trata de un maravilloso ejercicio de equilibrista y ahora solo me quedaría hablar con los descendientes de la familia Wolf para conocer su concepto sobre un texto que los involucra.